Ayer comenzó la temporada 2015 como ya había empezado el año anterior, con una marcha de bicicleta de montaña. Y los motivos los mismos, la lesión en el pie.
Espero que se recupere antes que el año pasado, ya que en menos de un mes tengo previsto comenzar el reto del #21days.
Pero el domingo toco disfrutar y esforzarse al máximo. Me encanta la exigencia de la bicicleta de montaña. Además de la parte física te exige mucho agilidad mental y de concentración. No se trata muchas veces como en la de carretera que lo más importante es dar pedales.
Tenía ganas de probarme e intente ir todo el rato a tope. La salida como en todas las marchas a todo tren, encima habían puesto un sprint especial en el km4. Hasta allí, que estaba la primera subida, llegué con el grupo delantero, pero tocaba ir cogiendo mi ritmo y dejar a los de delante hacer su carrera.
En poco estábamos en la primera zona de sendas. Espectacular la balización de los compañeros del VeloClub Carlet, parecía la copa del Mundo. Un rato muy divertido pero después venía un tramo de más fuerza. En este tramo recuperé varias posiciones y intente reservar algo de fuerzas para la subida más fuerte del día.
La subida del fideu, aunque no es larga se hace bastante pesada, una de las pocas zonas en las cuales había que poner plato pequeño. Y al llegar a los pies de la Gitana bajamos por la senda de Xols otra vez hasta los pies del Fideu. Lástima no haber hecho esta senda nunca, algunos tramos eran bastante técnicos, y aunque los baje bien, no los baje todo lo rápido que hubiera podido, ya que en esta parte del recorrido no tenía a nadie cerca, ni delante ni detrás.
A partir de aquí tocaba pedalear otra vez a tope hasta llegar a las sendas del principio, que ahora las afrontaríamos en sentido contrario. Allí llego junto con mi amigo Enrique Amargós, pero ya no lo vi más, me dejó allí. Esta zona técnica de subida me costó demasiado, no se trataba tanto de fuerza. Al final reservo un poco para intentar darlo todo en la última subida, y cuando llego al cruce no la teníamos que hacer y nos dirigían ya directamente a Carlet. Apreté todo lo que pude hasta el final, intentando dar todo lo que tenía dentro.
Me quedo con la satisfacción de haber disfrutado y haberme esforzado todo lo que pude. El resultado para mí es espectacular, ya que estos últimos meses lo que más hemos entrenado ha sido la carrera a pie, descuidando la bicicleta. Pero me quedo también con la espinita de que el pie aún no esta bien, ahora veremos cuando volvamos a correr.
Y a destacar la magnífica organización del VeloClub Carlet. Se nota que saben lo que hacen. Exquisita atención a todos los participantes, marcaje de circuitos excelentes, avituallamientos completísimos. Y como guinda el magnífico avituallamiento final. Seguro que todos los años que pueda volveré a esta marcha, una muy buena experiencia, y muy fresquita, a 1ºC empezamos a pedalear.
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