miércoles, 28 de octubre de 2015

LISBOA VALENCIA. DAY 3. ENCERRADO Y VACÍO

Domingo, hoy vamos a llegar a Valencia. El sábado fue muy muy duro, pero me levanto con muchas ganas para poder llegar a Valencia al mediodía. Nos quedan 240 kilómetros por delante para haber conseguido nuestro reto de unir Lisboa con Valencia. 

Y hoy va a ser un día grande. Después de tres días voy a poder ver a mis hijos y a mi mujer, cuantas ganas. Pero también por poder ver a África. Durante los tres días ha estado en mi cabeza, y en los malos momentos, para seguir, solo me ha faltado el pensar en ella para saber que tenía que seguir.

Pero empezamos mal el día, y pudo acabar aún peor.

A las 3:30h de la mañana ya no podía dormir, le digo a David que a las 4:00h estamos apunto y comenzamos nuestro camino hacia Valencia. Tomamos la decisión de salir sin desayunar y parar en Albacete. Sólo eran 30km y eran con un falso llano descendente, así que en bastante menos de 1h estaríamos allí y cogeríamos fuerzas para el camino a casa. Pero valla error cometimos.

Aunque el primer error fue que nos quedamos encerrados en el Hostal. Ya el día anterior el propietario nos dijo que hasta las 5:00h no abriría, pero lo que no nos pensamos es que nos encerraría allí dentro con llave. Si hubiera pasado algo durante la noche nos quedamos allí dentro y no salimos, espectacular. 

Pero me puse muy nervioso. Estaba con ganas, tenía ansiedad por salir de allí y ponerme a pedalear; y encima este tiempo lo tendríamos que recuperar luego. Valla calor hacía allí dentro, y esperando y impacientándome. No me lo podía creer.

Y efectivamente, a las 5:00h nos abrió la puerta, pero ya habíamos perdido un valioso tiempo. Pero lo preparamos todo y sin dilación partimos. Pero el infierno del día anterior continuó. No me podía creer que a estas horas de la mañana ya hiciera esta calor, pero sobretodo ese aire en contra. Una larguísima recta, ligerísimo descenso y no podía pasar de 22-23 km/h. 

Toda la ilusión se me vino abajo, pero tenía que estar a mediodía en Algemesí para ver a África e iba a darlo todo para hacerlo. Sufrí mucho hasta Albacete, y eso que a partir de allí me quedarían aún 210km hasta Valencia. Y en Albacete me dí cuenta del error que había hecho en no comer nada antes de salir. Llegué con hambre, pero encima mi cuerpo no tenía ganas de tomar nada sólido. No podía comer. Y a partir de aquí, y después de 2 días durísimos, a ver como llegábamos a Valencia, 210km, sin poder comer nada.

Y valla terreno por el que seguimos, larguísimas rectas en pequeño ascenso o descenso en dirección a Ayora. Pero con el aire en contra. Era terrible. Y encima mi primo David estaba preocupadísimo por que no estaba comiendo. Pero yo me encontraba muy bien de fuerzas, sabía que me iba a consumir, pero sabía que tenía bastante energía para llegar.

Antes de llegar a la Comunidad Valenciana, por fin me pasaron los dos primeros ciclistas desde que salí de Lisboa, solo había visto a dos en sentido contrario en más de 700km. Me cogí con ellos a rueda y llegué hasta el pueblo de Alatoz. Allí David me obligo a comer. Estaba muy preocupado. Pero que va. Pegué un bocado de sándwich para que me viera comer algo, pero a los 50 metros de coger la bicicleta lo tiré todo. Era imposible. Pero al menos la hidratación la estaba llevando bien, aunque con el calor muchas veces no se podía ni beber. 

Aquí intentamos cambiar de táctica, e intentar al menos tomar algún gel. Le dije a David que me los pusiera en el bidón del agua. Pero era imposible, a cada trago tenia ganas de tirar todo lo poco que llevaba dentro.  

Pero en poco llegamos a la Comunidad Valenciana. Íbamos fatal de tiempo, pero ya era cuestión de horas. Y valla cambio al entrar en Valencia. Por fin una zona boscosa, con arboles, con sombras, con algo que ver en el paisaje. Y por fin compañía. Los 10 últimos kilómetros antes de llegar a Ayora los pude disfrutar con tres compañeros ciclistas con los cuales pude compartir unas palabras, comentando y contándoles toda mi experiencia que venía haciendo durante los dos últimos días. Y valla si me ayudaron, sobretodo a despejar mi mente durante un rato.

Pero después de Ayora venía el puerto duro del día. El puerto del Peregrí de 14,5km creía que se iba a hacer eterno. Pero que va, después de descansar un poco en Ayora lo subí como nunca. Un ritmo espectacular y con muchísimas ganas de disfrutar de él. Y encima cuando llegué arriba me encontré la sorpresa de encontrar a mi amigo y compañero Óscar. Uf, indescriptible el poder ver a un amigo que estaba sacrificando su tiempo para poder compartir el mío en esta experiencia tan dura. Y para mejorar esto ya tenía a mi hermano Jordi esperándome en Enguera para darme el último empujón.

Íbamos muy mal de tiempo, pero Óscar me llevó como una moto hacia Enguera. Aunque en este tramo lo pase verdaderamente mal. Me daban continuamente arcadas, continuamente ganas de vomitar, no tenía bastante aire... y mi única preocupación era la de concentrarme en respirar. Valla momentos más malos. Seguro que me harán más fuertes para mi futuro, pero fueron terribles.

Pronto llegamos a Enguera y me encontré a mi hermano, a mi cuñada y a mi sobrina. Que ilusión, ver la cara de satisfacción y de emoción que tenían. Pero pudimos descansar poco y seguir que estábamos muy retrasados sobre el horario que queríamos. Óscar saco todo lo que tenía de mi en los anteriores, pero sobretodo en los kilómetros posteriores. Me llevó del gancho todo el camino hasta Alberic, pero siempre le agradeceré el acompañarme y ayudarme en esos momentos en los que estaba pasándolo tan mal. 

De aquí a Algmesí me quedaban poco más de 10km. Pero el calor era terrible. Al menos iba a pasar por mi pueblo y aquí seguro tendría otro subidón que me daría energía para llegar hasta el final del reto, aunque el resumen de esta parte es la foto con Raul Esteve. Que grande eres Raul, muchas gracias, no sabes en esos momentos cuanta energía necesitas y cuanta me distes, GRACIAS.

Y ya llegaba a Algemesí. Sin palabras. La piel de gallina. Lo primero de todo ver a mis hijos corriendo hacia mi. No se quien tenía más ganas de ver a quien. Pero sobretodo ver a toda la gente que vino a estar conmigo y con África. Las caras de satisfacción eran muy generosas, aquí me dí cuenta de que habían puesto muchas ilusiones en mi, sobretodo yo, y que las estaba cumpliendo.

Gracias a Pere Blanco, teniente de Alcalde de Algemesí por venir a recibirme, a todos mis familiares y amigos, y a los familiares y vecinos de África. Pero también la sorpresa de poder ver y conocer a Sergio. Sergio, que reside en Puertollano, vino desde Gandía, donde estaba con sus padres de vacaciones, para estar conmigo.

Estos niños me roban parte de mi corazón, me quitan parte de mi alma. Pero me dan más ellos a mí que yo a ellos.

Pero aquí no acaba el viaje. El viaje siguió hasta Valencia. Me quede con la sensación de que este tramo ya no tenía ganas de realizarlo. Volvía a estar solo después de haber estado con todos los míos, y era una sensación horrible.

La soledad es lo peor que podrá haber en esta vida, la sufrí mucho durante este reto, pero recuperar la compañía y volver a estar solo es lo peor que hay.

Mi cuerpo al límite, 11h sin comer nada sólido, 240km después, pero con mucha alegría y satisfacción, llegué a Valencia. 

Otro reto conseguido, otro sueño cumplido. Pero lo que nunca se me olvidará es el abrazo con mi primo David. Perdoname, te hice sufrir mucho, te preocupaste mucho por mí, pero todo lo que me cuidaste durante estos tres días solo lo puedo saber yo. Yo fui la cara visible del reto, pero David fue también parte del alma, si él hubiera sido imposible. David estuvo en mis piernas durante los cerca de 950km que estuve pedaleando, estuvo guiándome y estuvo sobretodo compartiendo una aventura a pedales.








jueves, 22 de octubre de 2015

REVIVE LA VIDA. YO vs YO

Estas semanas me esta tocando realizar el ciclismo en el BKOOL, la verdad es que no por gusto, pero tengo que estar todo el día pendiente y cerca de casa unas semanitas.



Pero me lo estoy pasando bien. El #BkoolSport es divertido, pero también es durisimo.

De las cosas que más me gustan es la de poder estar conectado con gente de todo el mundo y poder hacer con ellos las rutas. Pero lo que realmente me ha sorprendido esta semana es el poder subirle una de mis rutas y poder competir contra migo mismo, mi yo real contra mi yo virtual. Aunque el primer asalto lo ganó mi yo real.

Muy divertido, muy duro... pero hay que ir con mucho cuidado. La sudoración es muy alta y las sales, hierro y todos los minerales se van a la carrera. Pero con una buena hidratación y alimentación podremos seguir el ritmo con el #Bkool.

Y pronto le tengo preparado un reto. Lo tengo en el horno ya y apunto de enviar para ver si sale adelante. 

Un nuevo reto solidario, un reto por niños enfermos, pero esta vez no será solitario, espero que me acompañen gente de todo el mundo. Pero si sale va a ser de los que hará falta esforzarse, pero sobre todo aguantar física y mentalmente.

viernes, 16 de octubre de 2015

LISBOA VALENCIA. DAY 2. EL INFIERNO

Sábado, 4:00h, noche cerrada y comenzábamos el segundo día de nuestro camino de Lisboa a Valencia. 

Después de descansar unas cuantas horas venía una de las que creíamos partes más duras del recorrido, por eso decidimos intentar afrontarla toda de noche para evitar al máximo el calor. Pero una de las incógnitas era ver como estaba el cuerpo después de los 350km que habíamos realizado el día anterior.

Comenzamos con una madrugada fresca, pero poco a poco íbamos entrando en calor. La verdad es que las cremas de MADFORM me estaban ayudando mucho, la noche anterior para recuperar, pero sobretodo antes de la salida para que las piernas comenzaran su actividad ya en su sitio. 

Por delante hoy teníamos, ni más ni menos, que 370km. Solo con pensar esta distancia en un día ya parece una locura, pero le teníamos que sumar los 350km de el día anterior, y los que nos quedarían el día siguiente. Pero la idea era llegar a Albacete, y así el domingo poder disfrutar con poco más de 200km por delante.

Pronto estábamos ya en la parte más dura, camino de Ciudad Real. Unos 100km por delante que iban a ser durísimos. Pero el cuerpo comenzó como si el día anterior no hubiéramos hecho nada. Esto nos hizo que avanzáramos mucho las primeras horas y que le estuviéramos recuperando mucho tiempo a nuestras previsiones.  

Pero mi acompañante durante la mayor parte del viaje ya soplaba mucho de madrugada. Mucho viento, mucho viento en contra, que aunque estábamos recuperando tiempo y el ritmo era bueno, no nos dejaba avanzar como nos gustaría. Y todo esto sumado a que la orografía era muy dura y que en 70km no teníamos ningún pueblo por delante.

Lo único positivo era que el paisaje había cambiado un poquito y era más montañoso, ya no eran los interminables campos de trigo o sin nada, que parecían la luna.

Pero se hacía muy largo cada uno de los tramos. Quedábamos para realizar 30-35 kilómetros, pero cada tramo de estos con el aire en contra se hacían eternos, y encima la calor comenzaba a hacer también acto de presencia.

La primera parada para comer algo sólido fue en Puebla de Don Rodrigo y posteriormente en Piedrabuena. Aquí me recuperé un poco, por que la mañana estaba siendo durísima. Pero a partir de aquí vendría lo peor.

Aunque pedaleaba rápido el viento cada vez me dificultaba más el avanzar, encima ya estábamos por encima de 40ºC y el paisaje volvía a ser casi lunar, sin ninguna sombra y siempre a merced del viento. Pasamos Ciudad Real donde hicimos una muy breve parada y nos dirigimos hasta Daimiel donde hicimos una parada más larga para comer. Pero estaba siendo una locura todo esto. Yo la verdad es que no tenía ninguna noción de la hora del día en la que estaba. Solo pensaba en mi lucha contra el viento y en cuidar la hidratación.

El tramo que vino desde Daimiel hasta Ruidera fue inhumano. A partir de aquí fue un infierno, no literal, si no real. A más de 43ºC, unas subidas terribles, un aire en contra que cuando teníamos de lado casi nos tiraba de la bicicleta. Los bidones de agua e isotónico no me duraban más de 10 minutos, y pasado este tiempo, aunque los tuviéramos con hielo, no se podían beber.

Fue una parte durísima y el cuerpo ya casi estaba al límite. Me acordaré toda mi vida del pueblo de la Solana, valla nombre. Allí pensaba que iba a salir el demonio haciendo Kitesurf por los campos de cereales. De verdad que no os podéis ni imaginar lo que sufrí en ese tramo. Pero no podíamos parar, y encima cada vez íbamos peor de tiempo. Dar todo lo que tienes, ir todo lo fuerte que puedes, esforzarte al máximo... pero la temperatura y el viento no me dejaban avanzar.

Y encima mi hermano preocupado por que no nos veía avanzar. La verdad es que el poder hablar con él me animo, pero a él no se si lo tranquilizó más o le dejó peor. Esto era un infierno, pero que no terminaba aquí y que iba a seguir.
Seguimos hasta Ruidera, pero el tiempo se nos echaba encima. Y yo ya estaba roto, no podía más. A la sombra no se podía estar de la temperatura, pero yo tenía que estar al sol y pedaleando contra los elementos. Allí intentamos recuperar un poco y intentar ver la orografía que nos venía por delante

Mi primo David era el que me forzaba en todo momento a seguir, pero en Ruidera necesité una parada unos minutos más larga de lo previsto. A partir de aquí parecía que la llegada a Albacete sería más llevadera ya que parecía que íbamos en descenso, aunque yo ya sabía que no llegaría allí. Pero que va. Al salir de Ruidera un puerto de aupa y más viento aún.

Los kilómetros se hacían eternos y al pasar Ossa de Montiel una tormenta de arena. Parecía que había una máquina tirándome arena y el viento lateral era fortísimo. 

En una bajada me paré, no quería seguir, me la estaba jugando y de verdad, y cuando veo que peligra mi integridad física es cuando decido parar. No vivo de esto, mi familia esta en casa y no me la puedo jugar de esta manera. Pocas veces he parado de la bicicleta por miedo, una vez pasé mucho, pero esta vez me estaba llevando al límite, y no quería sobrepasarlo.

Pero debía seguir, más despacio, con más cuidado, extremando las precauciones. Y la dureza del terreno siguió, pero ya quedaba menos para llegar a Barrax donde decidimos parar, ya que mi hermano nos había aconsejado que había un buen hostal como así fue.

17 horas después de salir y 330km más, llegué al punto de descanso. Fue un día inhumano, pero así y todo me encontraba bien de fuerzas. Había estado todo el día al límite, pero dí todo lo que tenía dentro de mí y en mis piernas.

Ahora tocaba descansar un poquito y pensar en la siguiente etapa. 240km me separaban de Valencia, pero no había mucho tiempo para descansar, a medio día quería llegar a Algemesí para ver a África y habría que madrugar muchísimo y pedalear muy rápido para poder llegar.

Pero esto será mañana...

ENTRENANDO DEPORTISTAS, PERO PREPARANDO PERSONAS

Este año voy a preparar para los niños de la Escola Triatló Guadassuar un proyecto que me hace mucha ilusión y que ara que tengan una formación más integral.

La base del entrenamiento es la deportiva, pero una vez al mes vamos a prepararles actividades sobre los "Derechos de la Infancia en el deporte". Junto con ellos y las familias vamos a intentar que crezcan conociendo y practicando los valores del deporte, y que los puedan aplicar a su vida y formación.

Así pues, cada mes prepararemos un dossier para los padres para poderlo seguir en casa, pero también haremos un día de actividades sobre el derecho en cuestión que estemos tratando.

Tengo mucha ilusión puesta en el proyecto y creo que podemos aportar mucho a todos los niños que forman hoy en día la Escola Triatló Guadassuar.

Hace unos años, UNICEF, nos designó como "Escuela amiga de la Infancia", y creemos en ello. Creemos en que los niños tienen el derecho a aprender, pero también a jugar, a ser iguales, a tener su propia identidad, a tener unos buenos hábitos de salud.

En noviembre comenzamos esta andadura que nos llevará durante toda la temporada a hacer mejores niños.

Y como no, animaros a que vuestros niños practiquen triatlón. Esto les servirá a en un futuro practicarlo, o al menos, saber los tres deportes que lo forman. 

Y van a conocer el mejor valor que enseña el triatlón: la igualdad. Por que en el triatlón no se distingue de sexos para las distancias, pero tampoco para los premios.

Pero la recompensa en este proyecto esta clara, entrenar deportistas, pero preparar personas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

IV TRIATLÓ MASSÍS ANTELLA. CON UNO DE MIS ÍDOLOS

El triatló Massís Antella es diferente por muchas cosas, pero por la mejor de ellas es por que lo tenemos al lado de casa. Es un gustazo poder disfrutar de esta magnífica prueba y poder  descansar la noche anterior en nuestra cama.

Pero una de las cosas a las que no me acostumbro es a la salida a las 13:00h. Al no estar acostumbrado a ello, y como te levantas tarde, no sabes que comer, si desayunar, si hacer como una comida, si... Pero bueno, al final desayunamos y a las 11:00h nos dirigimos hacia Antella.

En la furgoneta me comentaron que íbamos a ser 6 los miembros del Club Triatló Guadassuar que íbamos a participar; lástima que mi primo David no pudiera venir por su trabajo, con la ilusión que tenía de debutar en la distancia, y por Juli, que por motivos laborales se encontraba fuera del país.

Pero la sorpresa era que iba a participar con nosotros Salvador Osca Casasús "Cama". Se me pone la piel de gallina solo con pensarlo y escribirlo. Salva a sido para mi siempre un ídolo, fue un pionero del triatlón y el que nos hizo conocer en nuestra localidad que era un IRONMAN. Para mi de pequeño era un súper héroe; una persona que pudiera hacer esas distancias era una cosa que veía fuera del alcance de una persona normal. Yo ya llevo ahora 5 distancias IRONMAN en mis piernas y muchas otras locuras, pero para mi Salva siempre será un ídolo y una persona a la cual respetar por todo lo que consiguió en el triatlón. Muy contento de que vuelva a vestirse con el trimono muchos años después y poder compartir con él este magnífico deporte. Y como siempre le digo, espero algún día poder ir con él al IRONMAN de Lanzarote.

Vamos a la prueba. No tenía ni idea de como iba a responder mi cuerpo, las semanas anteriores había nadado bien y en la bicicleta me encontraba fuerte. Ahora bien, lo de correr era otro cantar. Aunque en los entrenamientos no iba mal, sabía que podía pasar que no pudiera correr como me gustaría. 8 meses sin ponerme las zapatillas era mucho tiempo para en tres semanas preparar, no una media maratón, si no un medio IRONMAN.

Pero todo comenzó bien. Sabia que tenía buen ritmo en la natación y tenía ganas de disfrutar en ella, pero sin pasarse que después quedaba mucho. Dos vueltas a un circuito en la Assud del rio Jucar para completar los 1,9km del segmento de la natación. Un par de golpes para comenzar, pero pronto intente ir buscando sitio. Noté la falta de competición, ya que la última salida con tanta gente fue hace casi año y medio en Lanzarote. Pero pronto empece a nadar bien y concentrado. No tenía ni idea de la posición y ritmo, pero en el giro de la primera vuelta vi que iba detrás del primer grupo de carrera y que detrás mio había bastante gente.

Al final acabe en la posición 60, con un tiempo de 28:02 y con un ritmo de 1:29 los 100m.

A partir de aquí venía el segmento donde tenía que volver a disfrutar, venía la bicicleta. No sabía como iba respecto a mis compañeros, aunque sabía que Víctor ya había cogido la bicicleta mientras yo hacía la transición con Salva. Mi duda era mi compañero, amigo y rival sano Dani Fuertes jajaja. Con él he hecho la mayoría de las pruebas de larga distancia y siempre estamos viendo a ver quien gana a quien.

Pero nos esperaba un duro circuito de ciclismo, con 86km pero con más de 1.000m de desnivel positivo. Dos subidas al puerto de Sumacárcer y otras dos a el repecho de la presa de Escalona era las máximas dificultades del circuito. Aunque no me encontré a tope en las subidas, donde si puede darlo todo era en las partes más llanas y rodadoras, ahí es donde mejor estuve. Pronto alcance a mi compañero Víctor y pude distanciarme un poco de él, aunque en la primera bajada me alcanzó, se nota que aún no tiene hijos jajajaja, y al final a la t2 llegamos casi juntos. Fue todo muy bien, pero ya terminando los abductores y sobretodo el calor en la última subida a Sumacárcer estaban pasando factura; pero sabía que estos músculos no me afectarían para correr. Duro circuito, pero sobretodo bonito y que nos permite también transitar por encima de la presa de Tous, que esta todo el año cerrada al tráfico. Estaría bien abrirla para el tráfico pedestre y ciclista, ya que así nos permitiría hacer un puerto y acceder a unos parajes muy bonitos. 

Al final acabe en la posición 43, con un tiempo de 02:44:10 y con un ritmo de 31,07km/h.

¿Y ahora qué? Pues al principio bien. 21 km tocaban por delante. Comencé bien, pero al segundo kilómetro ya vi que mis piernas aún no estaban preparadas para disputar esta prueba. El ritmo cada vez era más bajo, el cuerpo estaba bien, pero las piernas no iban. Y después de esto lo que empezó a flaquear fue la cabeza y la motivación. Estaba entre los 40-45 primeros, haciendo una prueba espectacular, pero ahora iba a perder hasta la vergüenza. La verdad es que no di todo lo que tenía, pero veía que poco más podía hacer. Encima al kilómetro 12 me da un latigazo en la zona de la pierna donde tuve la lesión que izo que parara y me diera la vuelta para retirarme.

Pero no era el momento de retirarme, era el momento de seguir adelante. Con ganas o sin ganas debía de acabar. Había hecho todo lo que había podido y tenía que pasar la línea de meta solo para demostrarme que no hay que rendirse tan pronto. Creo que ha sido y será mi peor media maratón, pero es que no podía correr como quería y la cabeza me pidió ir muy despacio y incluso parar a caminar.

Al final acabe en la posición 139, con un tiempo de 02:16:15 y con un ritmo de 6.31min/km.

Me quedo contento de la prueba y de los entrenamientos de este año con Rubén Gadea y Sanus Vitae. Hemos entrenado poco la natación y va genial, le hemos dado caña a la bicicleta y el cuerpo responde, y si no hemos corrido no puedo correr en tres semanas una prueba de estas con garantías de hacerlo bien. 

Después de 05:34:21 cruce la línea de meta en la posición 99. Seguro que volveré al Massís. La prueba, los recorridos y el ambiente son geniales. Ahora ya toca centrarme en mi futuro niño o niña y a preparar los últimos retos antes de acabar el año.

Conclusión: por fin puedo correr. 






viernes, 2 de octubre de 2015

VAMOS A DISFRUTAR. IV MASSÍS TRIATLÓ ANTELLA


Mañana repetimos. Y cuantas cosas han pasado desde aquel primer Massís en el que participe.


Solo con ver las fotos de entrada a meta ya veo a mi peque que ahora es el doble; ahora mi niña es como era él, pero pronto tendré mi tri de niños en casa.

Pero espero que este Massís sea diferente al de la primera edición. En aquel Massís estaba realizando un magnífico sector de ciclismo, pero en la segunda bajada a la presa de Tous reventé la rueda delantera y tuve después muchos problemas para cambiarla. Una pena, ya que estaba en la posición número 19 de la general y me encontraba como nunca. 

Después de más de media hora para poder arreglar pude continuar y terminar con una buena media maratón, eso sí, por que había descansado hasta que puede arreglar el reventón y lo único que hice fue disfrutar sin preocuparme de nada más.

Y a disfrutar es a lo que voy mañana. No tengo ninguna presión de nada, hace tres semanas que he vuelto a correr y no me puedo pedir nada más que pasármelo bien. Aún así, estas dos últimas semanas he tenido días buenos en cada uno de los tres segmentos que si los juntara todos podría hacer una buena prueba, Pero no me puedo exigir nada después de una lesión de 8 meses en el pie. Toca disfrutar, sufrir y pasármelo bien en este magnífico deporte que es el triatlón.

Vamos a por el Massís. Nos toca 1,9km de natación, 86km durísimos con la bicicleta y 21km para rematar. Esperemos que este todo el cuerpo y la mente en su sitio.