martes, 22 de noviembre de 2016

ULTRAMAN TOROMAN. DAY 3. SEGUIR LA LÍNEA

Y después de un segundo día al límite, llegó la hora de poder cumplir mi sueño de ser Ultraman, aunque tenía mucho camino por delante y una dura jornada en la que tenía que afrontar 84km, una doble maratón, y encima por la montaña.

Pero mi cabeza me decía que ya lo tenía y que todo dependía de mí, no podía ni debía pasar nada, lo tenía en mis piernas, pero sobretodo en mi cabeza y en mi corazón. Aunque al final aún se hizo una larga jornada.

Sorprendéntemente, para mí, el cuerpo se encontraba al 100%. La verdad es que la recuperación de los dos días anteriores fué perfecta. Claro que ya se encargaron de ella el míster Ruben Gadea con la bañera llena de hielo y las cremas de MADFORM. 

Pero llegó el momento. Y le tocó el momento a mi PolarV800, parece mentira pero la mayor parte del éxito de terminar el Ultraman fué de él. Lo primero que hice antes de comenzar fue configurarlo para que me guiara. La táctica la teníamos clara, la primera maratón era la más dura y la teníamos que intentar hacer en 5 horas, así nos reservábamos 7 horas por si pasaba algo en la segunda maratón.

Espectacular el PolarV800 para esto, muchas gracias Oscar por todo tu apoyo, esto fué gracias a tí. Y estos fueron los pasos a seguir con el PolarV800 para que posteriormente me guiara:

  1. Ir a la pantalla de Favoritos y seleccionar Ritmo de carrera.
  2. Ajustar objetivo de distancia a 84,2km.
  3. Ajustar objetivo de tiempo a 12 horas, 12:00:00.
  4. Ya él me dice Ritmo de carrera ajustado a 8:33min/km para 84,2km.
Y en este punto ya le das a comenzar el ejercicio y te sale la pantalla con el tiempo que vas por delante, o por detrás; el ritmo que debes llevar para llegar en tiempo; la distancia que te queda; el ritmo actual y las pulsaciones.

Todo apunto para comenzar, y en tres, dos, uno... Madre mía, como tenemos la cabeza para afrontar 84km después de todo lo que llevamos. Pero comenzamos con mucha ilusión de terminar la faena. Y que necesaria es la concentración. Ya desde el principio salimos todos charlando, pero cada cual a su ritmo, cada cual tiene el suyo y cuando antes estés en el tuyo mejor.

Así a los pocos kilómetros ya voy en mi mundo y en mi carrera, y excelentemente acompañado por Jose Severí que me acompañará con la btt durante todo el recorrido avituallándome y controlando toda la alimentación que me hiciera falta durante todo el recorrido.

El principio era fácil y lo cogimos a buen ritmo, pero la verdad es que era una zona que no me gustaba para como corro, una continua subida, en la que apenas subes, pero sobretodo con largas rectas por campos de algodón y con poco de paisaje para disfrutar. Pero como era el principio y la ilusión estaba a tope se hizo llevadera, encima el Polar me iba dando tiempo de margen muy rápido que luego podría utilizar cuando las cosas fueran peor.

En el km 15,5 ya nos encontramos en el primer avituallamiento y con Rubén, que iba con el coche a los puntos marcados por la organización. El ritmo que llevaba era el adecuado, pero todo era hacia arriba aunque no acumulabas metros positivos. Era una pendiente muy pequeña que sabía que me iba a desgastar mucho y que por el transcurso del día sabía que lo pagaría.

Comenzamos con muchas ganas después de Burguillos, y me encontraba genial. Al salir del pueblo había una subida muy larga y constante, pero mis piernas aún me permitieron subirla toda corriendo. Me encontraba muy bien y tenía que disfrutar del camino. En esta zona también nos adelantaban los participantes en la marcha con la bicicleta de montaña del Toroman, y la verdad es que se agradecía y mucho los ánimos; siempre te dan un plus. pronto nos adentramos en una Dehesa que por fin me hizo disfrutar del paisaje, pero era una zona más dura y ya comenzaba a exigirnos mucho más. La disfrute, incluso adelantando a participantes de la marcha de btt, pero sobretodo por un trocito en el cual estuvimos corriendo entre los toros, aunque no estaban cerca del todo.

Y sin darnos cuenta ya estábamos bajando hacia Castilblanco de los Arroyos, siguiente punto de control, ya con casi 30km en nuestras piernas, y donde comenzaríamos un camino de ida y vuelta a la Ermita de San Benito Abad.

Sobre el mapa pensaba que era más corto, pero pronto nos dijeron que teníamos 12km de ida y 12km de vuelta. Durante todo este tramo estaría acompañado también por Rubén, que vendría conmigo acompañándome. 

Lo comencé con ganas, pero pronto vi que mi cabeza se iba a bajo. Unas enormes rectas, ni subías, ni bajabas, pero siempre te estaba exigiendo, y encima un camino amplio, con muchíiiiisimos coches levantando polvo, y sin ninguna sombra. A partir de aquí sabía que iba a comenzar mi particular infierno. 

Pero lo mejor es que llegamos a la primera maratón con el tiempo que queríamos, sólo con unos 4 minutos por encima de las 5 horas, lo que me iba a permitir disponer de 7 horas para la segunda parte.

Pero hacía mucho calor, la llegada a la ermita fue terrible, pero la vuelta iba a ser más, sabiendo todo lo que me quedaba y con la cabeza baja. Fué una parte durísima, y fui tirando del reloj para saber como debía ir. Pero mi cuerpo en muchos momentos ya no quería, me pedía parar, me pedía descansar, ya lo tenía bien... Pero mi cabeza sabía que esto no terminaba aquí.

A mitad de camino de vuelta necesité parar un instante, necesitaba refrigerar mi cuerpo por el enorme calor, sentarme a la sombra, y sobretodo despejar mi mente para continuar.

Pero como todo tiene su fín, y con mucho esfuerzo, nos acercábamos otra vez a Castilblanco de los Arroyos, al que me acerqué comiéndome unos macarrones en papel de plata que me supieron a caviar. Y allí estaban mis hijos, mi mujer y mi madre. No podía esconder mi cansancio, pero en todo momento me dieron ánimos para seguir. Nos quedaban 30km, valla locura, pero el camino seguía y teníamos que llegar.

Y ahora venía de lo más bonito del recorrido y que tanto disfrute en sentido contrario dos días antes con la btt, el tramo del Camino de Santiago. Pero que va, mi cuerpo no estaba mal, pero mis piernas ya habían dicho basta. Ya no tenía zancada, ya no querían seguir, el calor estaba haciendo mucha mella en mis piernas... Pero cuando peor estás es cuando más cabeza tienes que tener. "Levántate y anda" dijo Lázaro, y eso hice; levantar mi cabeza, andar, caminar y correr. El V800 aún me decía que tenía más de 45 minutos de margen, por lo que en todo momento sabía que excepto sorpresa llegaba. Pero no sólo caminando iba a poder hacerlo, así que la penitencia continúo hasta el final.

Disfruté, y más sufrí esta zona del Camino de Santiago, pero más tarde que pronto llegué al siguiente punto de control donde volvía a estar mi familia y Rubén, este ya sería el último avituallamiento, pero aún estaría a más de 15km de cumplir mi objetivo.

Ya estaba roto, no podía más, pero no lo podía decir, solo yo se lo que estaba pasando... cuando tu cuerpo puede, pero tus piernas dicen basta es muy duro. Pero con las pilas cargadas volví a afrontar la parte final. Sabía que llegaba, por tanto decidí caminar 200m y correr 300m hasta meta. Fue un infierno sicológicamente, sobretodo cada vez que empiezas a correr, pero sabía que de esta forma llegaba en tiempo y no iba a sacrificar a mi cuerpo a una mayor tortura; de esta forma sabía que iba a acabar bien y que mi recuperación sería más pronto.

Que duro fue el final, y encima el Polar diciéndome que cada vez tenía menos margen. A falta de 6km pasamos por Álcala del Río. Valla paso más duro por la ciudad, y a la salida estaba Rubén preocupado por si nos quedábamos fuera. "Tranquilo Rubén, lo tengo todo controlado", y era la verdad, lo tenía controlado, pero el margen estaba bajando de los 20 minutos.

Así, seguí con mi táctica hasta meta. Faltaban pocos kilómetros y no veía la Rinconada, todo era preguntarle a Jose y me decía que estábamos llegando, yo veía el pueblo cada vez más lejos, tenía reservas dentro por si pasaba algo, pero castigaría al extremo mi cuerpo. Pero es que me estaba equivocando de pueblo y de pronto apareció en una larga recta delante de mí. 

Ya cayendo la noche y Rubén que venía de cara a buscarnos, ya estaba, ya lo tenía, faltaban minutos para llegar... terminamos el camino de tierra... terminamos un trocito de carretera y llegamos al pueblo. Ahí le dije a Rubén que ya no quería correr, sólo quería caminar y llegar, no quería dar una zancada más corriendo. Y Rubén como durante estos tres días me dijo que no me preocupara, que ya lo teníamos, que lo estábamos e íbamos a conseguir.

Y a 500 metros de meta ya no puede aguantar más. Intenté aguantar, pero lloré y lloré, y mucho. Había sufrido mucho, se que muchos estaban sufriendo por mí desde la distancia, mi familia me había apoyado al máximo, mis amigos, mi entrenador, mi nutricionista... y estaba consiguiendo un sueño de hacía muchos años y por el que había peleado mucho.

Pero no quería entrar a meta, no quería que acabara, esto había sido muy largo pero quería seguir dentro de lo que es un Ultraman. Pero allí estaban mis hijos y mi mujer para acompañarme en esa recta final, mi madre a un lado llorando y Rubén y Jose detrás de mi cuidándome y vigilándome como lo habían hecho durante estos tres intensos días.

No son momentos que se puedan describir con palabras. Cuando te has esforzado al máximo, cuando has intentado dar todo lo que tienes dentro, cuando te has sacrificado tanto durante meses.. sabiendo que nos has descuidado tu trabajo, pero que sobretodo no has dejado de lado a lo más importante en tu vida que es tu familia. 

Pero lo conseguí. Crucé la meta. Crucé una línea, pero más que de final, de punto y seguido. El Ultraman me ha marcado mucho, al igual que me marco el Camino de Santiago cuando lo hice hace muchos años. Mi flecha no finaliza aquí, mi flecha sigue el camino, que no se donde me llevará, ni se donde estará su fín. Pero mi vida seguirá su camino y intentaré transcurrir por él buscando cada día ser más feliz.

No me gusta el final, me gusta el camino, por eso cada vez me pongo más triste cuando se acaban las cosas. Pero lo que no acaba aún es mi vida y voy a seguir dando lo mejor de mí. 


martes, 8 de noviembre de 2016

ULTRAMAN TOROMAN. DAY 2. UN LARGO ESTRÉS.

Todo preparado para el segundo día del ultraman. En principio iba a ser un día más sencillo que el anterior, pero de todas formas nos teníamos que enfrentar a 7km de etapa neutralizada y luego empezábamos con los 285km  que nos tocaban con más de 4.100m positivos. Y lo que hace más difícil una kilometrada de estas es que tienes que ir siempre solo.

En principio no tenía muchas ganas de los 7km de más que teníamos al principio, pero la verdad es que vinieron genial para quitar los nervios y sobretodo para poder ir calentando motores, a la vez que comentando con los compañeros la etapa anterior como nos había ido.

Pero poco duró y muy pronto estábamos en Alcalá del Río para comenzar nuestra contrarreloj. La salida la efectuábamos a intervalos de 30 segundos y en orden inverso a la llegada del día anterior, por lo que yo salía el 6º por la cola, aunque se izo muy rápido el tiempo para salir.

Y como en la Vueta, el Giro o el Tour. Yo preparado, mi coche de equipo con Rubén y Jose, listo y ya...

Se podría pensar que comenzamos un día como este tomándonos las cosas con calma, pero esto esta muy lejos de la realidad. Desde la primera pedaleada ya estas muy concentrado en intentar ir todo lo rápido que puedes pero sin pasarte. 

Así, al comenzar ya me veo que las piernas van perfectas y que el cuerpo más, por tanto, la idea es seguir a un ritmo alto todo lo que pueda. Encima al poco ya comenzábamos a coger a algunos de los compañeros que habían salido por delante; cosa que también hicieron los de detrás conmigo.

La primera hora hasta Villanueva el Río y Minas fue perfecta, aunque sin darnos cuenta ya habíamos subido más de 300m en poco más de 31km que llevaba de media. Pero a partir de ahí vino el etapón que nos tenían preparado.

Toda la etapa fue un continuo sube sube, aquí no se bajaba nunca. No eran grandes puertos, al contrario, pero cuando estas más de 30km continuos subiendo sin descanso el cuerpo lo nota. Siempre lo he dicho y pensado, prefiero subir un puerto y bajar que no el estar continuamente subiendo al 3-4%, que parece poco de desnivel, pero cuando es durante tantos kilómetros de desgasta mucho.
Pero seguíamos avanzando perfectamente. Mi cuerpo estaba a tope, mis piernas también, y mi estómago que nos preocupaba mucho igual. Km a km seguimos avanzando, la verdad es que por preciosas carreteras y muchas de ellas con apenas tránsito; pero últimamente no cuento lo que me queda por kilómetros si no por tiempo, y aún estábamos a 7-8 horas de terminar y son las que tenía que estar encima de la bicicleta.

Y a mitad del día es cuando comienzan a llegar mis preocupaciones, vamos muy bien, estoy fuerte y me noto con energía, las pulsaciones están en su sitio... pero la media cada vez está bajando más y nos vamos acercando al límite de la media del tiempo de corte. Son estos momentos cuando te empiezas a estresar y los nervios empiezan a aflorar; pero es cuando más tranquilo tienes que estar sabiendo lo que te viene por delante, pero sobretodo sabiendo que no debes ni vas a fallar, que has entrenado mucho, que estas preparado, que esta siendo muy duro, pero que lo vas a conseguir.

Llegamos cerca del km200 y comienza una de las partes más duras del recorrido. En poco más de 26km tenemos que ascender cerca de 700m. Todas estas subidas se hacen interminables, y encima son las clásicas que cuando crees que estas arriba van a seguir subiendo. Pocas horas nos quedan por delante y el PolarV800 me dice que nos tenemos que espabilar. Los últimos 30km serán más favorables, pero si tenemos algún percance no vamos a llegar. Así que tocó seguir a tope como todo el día, pero ahora con mucho más estrés.

Km245 comenzamos el último puerto del día. Madre mía a estas alturas afrontar las rampas del 10 al 12%; y encima pensar que en la bajada no podíamos relajar, si no que teníamos que ir a tope. En algún momento de la subida al puerto estábamos por encima del tiempo de corte, por lo que podíamos quedar fuera. Pero con mucha cabeza subimos hasta arriba y reposté por última vez, hasta meta nos quedaban 36km pero ya no nos podíamos permitir ninguna parada por mínima que fuera.

Así pues, afrontamos este tramo todo lo rápido que pudimos. En un punto le dije a Rubén, que no fueran ya nunca por delante de mí, que estuvieran siempre por detrás; si pasaba algo no íbamos a tener tiempo de reacción y teníamos que encontrar la solución si la hubiera rápido. No os podéis ni imaginar el estrés que puedes llegar a acumular en un momento de estos, en el cual ves que todo lo que has estado luchando durante años esté pendiente de un hilo. Y los pensamientos negativos te pasan por la cabeza, pero solo pueden hacer eso, pasar, porque hay que tirar con toda el alma hacia adelante para conseguir llegar.

Los últimos 20km fueron agónicos. Se estaba haciendo de noche, sin luces; y menos mal que otro compañero iba cerca. Menudo trabajo hizo su padre y su equipo de apoyo, adelantándose para indicarnos en todos los cruces la dirección que teníamos que tomar. No teníamos tiempo para el error, no nos podíamos permitir ningún fallo o estábamos fuera.

Estábamos llegando a Alcalá del Río, donde habíamos comenzado más de 11 horas antes, pero el final no estaba aquí, aún teníamos que seguir hasta San José de la Rinconada y llegar al parque de Las Graveras, donde estaba la deseada línea final. Ya no estaba el sol y solo quedaba la luz de la luna. Muy peligroso el final pero no podíamos parar por nada. Rubén y Jose se pusieron con el coche detrás de mí para darme seguridad, para protegerme, para que no me pasara nada... pero yo no me podía relajar el más mínimo segundo.

Pero finalmente llegamos, no pude parar, ellos con el coche a tope detrás de mí... me giré desde encima de la bici para decirle a Ruben que él lo había conseguido, le señalé como el responsable de que superáramos este durísimo día. Me emocioné mucho por lograrlo. Fue muy duro y solo 13 participantes llegamos dentro del corte, el resto todos quedaron fuera de tiempo. Yo había sido el 11, pero lo realmente importante es que mi sueño de ser ultraman continuaba.

Al pasar la línea de meta en nada ya estaba allí Ruben y Jose, nos abrazamos con mucha euforia por que sabíamos que estábamos dentro y que "sólo" nos quedaba un día. Y allí, como no, mi madre, mi mujer y mis peques, con muchísimas ganas de ver a su padre, pero las mismas que tenía yo de verles a ellos.

Pero no había tiempo para disfrutar ni relajarse, rápido al hotel, otra vez bañera con hielo, con el mayor de mis hijos tirándome hielo por todos los sítios; y masaje con la crema de Doble Potencia de MADFORM, a cenar y a intentar descansar.

Mucho estrés y todo el día a tope, pero el cuerpo y las piernas acabaron muy bien; el desgaste parecía que mi cuerpo no lo estaba notando demasiado, por lo que para el día siguiente había que terminar la faena.



miércoles, 26 de octubre de 2016

ULTRAMAN TOROMAN. DAY 1. NERVIOS, INCERTIDUMBRE Y ACCIÓN.


Y al fin llegó. Desde la anulación del DID Spain, en el 2014, lo que más tengo miedo en este tipo de pruebas es llegar a la salida. Parece mentira, pero me parece mucho más complicado el estar en ella que en la meta. Muchas horas de entrenamiento, de sacrificio,... y curarte de no tener ninguna lesión ni ningún imprevisto para estar allí para poder disfrutar de una prueba tan extrema.

Pero el mes anterior fue bastante complicado. Comenzar las clases en el instituto, mis hijos que a su vez cambiaban de etapa educativa con lo que ello conlleva, y encima el peque a la guarde. Muy complicado el gestionar el tiempo, y con las reuniones en el instituto más aún. Encima la complicación para encontrar los compañeros para que me hicieran de asistencia durante el ultraman. Todo se complico, y si os digo la verdad, el fin de semana anterior a la prueba no tenía ganas ni de comenzar; mi mente estaba más en otro sitio que en el ToroMan. 

Pero como siempre pienso en positivo, "Si un problema tiene solución, tranquilo que tiene solución; si un problema no tiene solución, tranquilo que no tiene solución". El lunes de la semana del ultraman se comenzó a solucionar todo, y así ya me pude centrar en la prueba.

El miércoles toco realizar el viaje a San José de la Rinconada, a escasos 15km del centro de Sevilla. Me gusta tener todas las cosas controladas en este tipo de pruebas y que mi mente no esté dispersa, el estar mi familia a mi lado me tranquiliza y me encanta.

El jueves ya realizaron el viaje mi entrenador Rubén Gadea y, mi amigo y compañero de club, José Severí. Mientras tanto yo y mi familia disfrutamos de una mañana por Sevilla visitando el centro y ya pensando en la charla técnica de la tarde.

Y aquí comenzó el ToroMan. Recogida de dorsales, preparar el material... y charla técnica. Que nervios pero que tranquilidad a la vez, ya estábamos al 100% dentro de la prueba. Pero valla charla. Nos describen los circuitos del primer día, la natación bien, ¿pero la bicicleta de montaña?. Madre mía, sendas técnicas, recorrido muy duro, zonas a pie, cancelas, con posibilidad de circular entre los toros... Y "la cuesta de los Toros", y ahí nos advierten que los más posible es que estemos junto con los toros, pero que tranquilos, que no hacen nada. Madre mía. 

Pero yo ya estaba con muchas ganas de comenzar, de demostrar todo lo que nos habíamos praparado junto con mi entrenador Rubén Gadea y mi nutricionista Andrea Ferrandis. Lo único que tenia ganas era de ponerme el neopreno, entrar al agua y comenzar a nadar.

DAY 1. 10 km SWIM - 110 km BTT

Muy nervioso, con mucha incertidumbre... pero con ganas de estar en el agua. Que ilusión ponerse el neopreno, pero también concentración por que vienen 10km por delante de natación y cualquier roce lo podría pagar durante el resto del ultraman. Y entrevista en Teledeporte para comenzar el día. 

Suerte para todos los compañeros y por fin al agua. No os podéis ni imaginar que tranquilidad en las primeras brazadas. La suerte ya estaba echada, ahora solo tenía que demostrar que estaba preparado para una prueba de esta magnitud. 

La natación se realizaba en el Parque de las Graveras, un lugar idílico para los amantes del triatlón y el deporte en general. Sobre un circuito de 1km, teníamos que dar 10 vueltas. Pero en ningún momento estuve a gusto. En las tres primeras vueltas me perdía, no me guiaba por las bollas y en muchos momentos tuve que parar a esperar a algún compañero o mirar por donde tenía que ir. Encima no se lo que me pasaba que no mantenía la línea recta en ningún momento. Durante los 10km estube mirando hacia delante cada 6 brazadas. Era un freno importante, pero era eso o desviarme muchísimo. No se por que me sucedía, pero ya tengo una cosa más para aprender y mejorar.

A partir del tercer kilómetro perfecto. Concentración, técnica y a pasármelo bien. El cuerpo me respondía muy bien y me encontraba muy a gusto. Vuelta tras vuela cada vez iba mejor. En el km8 habíamos quedado en tomar un gel, pero vi que en el 7k ya me pedía mi cuerpo energía. Y las tres últimas vueltas comenzaban a pesar. Había llegado al km 7 con poco más de 2 horas, que sin descanso de nadar ya van pesando. Pero sabía que en nada terminaría mi primera parte del ultraman. Con muchas ganas cogí la última vuelta, aunque sabiendo todo lo que tenía que hacer para preparar mi cuerpo para la salida del agua y afrontar los 110km de bicicleta de montaña. ¿Y lo mejor? Salir del agua y ver a mi mujer, mi madre y mis peques allí animándome a tope. Esto te da alas.

Y ahora 110km de bicicleta por la montaña. Es lo que más miedo me daba del ultraman. Salir de nadar con las extremidades superiores cansadas y coger un bicicleta de montaña me asustaba. Pero ya des del principio me dí cuenta que no iba a tener problema, así que comí, me hidraté bien y con un ritmo crucero alto pero sin pasarme a disfrutar de la bicicleta tocaba.

Por cierto, enorme el trabajo de Rubén preparándome todo el material y de Jose Severí preparándome todos los tracks y dejándome la Giant a punto para la batalla. Muchas gracias chicos.


La primera parte de la bicicleta de montaña era muy rápida y fácil, esperando que llegara la acción. Y de pronto llegó con la zona del Camino de Santiago. Preciosa, divertida, chulísima... de verdad que pensé seguir hacia Santiago y ya vendrían a por mí. Y en poco llegamos a Castillblanco de los Arroyos donde tenía por primera vez a mi equipo y mi familia. Allí repuesto de todo y comienzo un bucle precioso por el interior de la Sierra Norte. Pasar por las dehesas, y al final por desgracia sin toros, por que hubiera molado, era impresionante. Me encantó, aunque la dureza del recorrido comenzaba hacer mella, pero me lo estaba pasando tan bien que ni me importaba.

Al terminar el bucle me dice Rubén que voy el 4º. Madre mía, sabia que iba bien, ¿pero tanto?, y encima tenía a algún compañero por delante no muy lejos de mí. Otra vez carga de energía y a por el final. Y otra vez a disfrutar. La ruta del agua fue preciosa y muy divertida. Dura y exigente pero maravillosa, aunque con casi 8 horas de esfuerzo el cuerpo notaba el cansancio. Último avituallamiento y tocaba remar otra vez a tope en busca de la meta del primer día. 

Finalmente llegamos al final con un sexto puesto, que era lo menos importante, y con menos de 9 horas. Alucinante y cosa que nos dio mucha confianza para los dos días siguientes.

Muy orgulloso de Rubén, estábamos demostrando que habíamos hecho un trabajo fabuloso, estábamos en uno de los ultraman más duros del mundo, si no el que más, y estábamos ahí delante junto con los mejores triatletas de ultradistancia. Y que decir de la alimentación. Todo perfecto, asimilación de sales, de geles, la hidratación... esto pintaba muy bien; pero aún quedaban dos durísimos días por delante que nos tenían que llevar a dar lo máximo de nosotros. Nadie dijo que esto sería fácil, si no al contrario, pero estábamos preparados.

Ahora tocaba recuperar fuerzas, y valla sorpresa me tenía preparada el mister; me pone en la bañera con agua fría y llena de hielo, y para rematar la crema de Doble Potencia de Madform. Yo creo que llegamos a la tercera potencia. Pero había que recuperar lo antes posible y sobretodo bien. Luego te das cuenta que cuanto menos cosas dejas al azar más cerca estas de conseguir el éxito.

A jugar con los peques, descansar y mañana será otro día. 7 km de neutralización y posteriormente 285km con más de 4.200m positivos. No iba a ser fácil, y se demostró que no lo fue. Pero la cabeza, el cuerpo y la mente estaban al 100% para seguir dando lo mejor de mi mismo.




lunes, 12 de septiembre de 2016

VALENCIA TRIATLÓN CON LA MAREA AZUL

Cuanto tiempo sin participar en triatlones de distancia olímpica y sprint con drafting. Hace mucho tiempo que tengo miedo a este tipo de pruebas por el peligro de ir en grupo en la bicicleta, y más aún cuando se te pueden quedar tantas cosas por el camino en un instante.

Pero este domingo tocaba ponerse el mono de faena. Hablando con el míster Rubén Gadea me preguntó que tenía el día 11 de septiembre, ¿mi respuesta?: “Lo que me mandes, tu eres el jefe”. Así comentamos la posibilidad de participar en el Valencia Triatlón en la distancia olímpica. Mi posterior pregunta fue: ¿Y porque no hacemos todas las distancias supersprint, sprint y olímpico en el mismo fin de semana? Jajajaja. Pero no se pudo.

Mucho tiempo invertido en la preparación del Ultraman y que me daba miedo perderla en el triatlón, pero también tenía ganas de divertirme y competir para ir cogiendo el punto de forma bueno a un mes del ToroMan.

El sábado toco ir a recoger dorsales y dejar la bicicleta en la zona de transición. Alucine con el montaje que había. Desde que se llama Valencia Triatlón no había participado en él, aunque anteriormente sí en el que se disputaba en Valencia. Muchas veces me parecen precios más que excesivos para estas pruebas, pero al final el precio lo dice el mercado y se demuestra que la gente participa, en esta edición con alrededor de 3.500 participantes. Este montaje funcionaria para un distancia Ironman en Valencia, y valla si molaría.

Y el domingo al ruedo. A las 7:45h me tocaba comenzar en la segunda salida del día. Mucho madrugón pero que valió la pena por acabar pronto y poder disfrutar el domingo con la familia y los peques.

Lo que tenía claro es que quería hacer una buena natación e intentar correr un buen 10.000m final. La bici sabía que me iba a costar por las más de 4 horas a buen ritmo del sábado, pero al final aún me costó más de lo que pensé.

Así, para entrar al pantalán ya intento ponerme con los de delante, y ya en el agua irme al lado izquierdo para evitar al máximo los golpes y la aglomeración. Sé que de esta manera pierdo algo de tiempo, pero evito mucho el estrés que tiene este segmento.

Pistoletazo de salida y a remar. Quería un ritmo similar al ToroMan, aunque un poco más vivito intentando aprovechar la estela de algún compañero. Una natación muy limpia me permitió no estresarme y preocuparme sólo por la técnica durante todo el segmento. En algún momento sabía que tenía un poco más, así a partir de los 900 metros tiré un poco más rápido, ya que estaba con demasiada gente a mi alrededor. Sabía que estaba con los de delante de mi salida y que estaba haciendo muy buena natación, pero al ver los tiempos finales aún me quedo más contento. Este ritmo no está lejos del que perseguimos, y encima creo que lo podemos aguantar durante mucho más tiempo, que es básicamente lo que buscamos para los 10km en el Toroman.


Al final los 1.500 metros los terminé con un tiempo de 00:23:04 a 1.32min/100m y el 108 parcial de todos los participantes. Espectacular. 

Luego llegaba la bici, poco entiendo de la norma de no poder participar con frenos de disco en bicicleta de carretera y que si que puedas participar con una bicicleta de montaña con frenos de disco, pero bien, me tocó pedir la bicicleta a mi hermano.

Ya desde el principio vi que tenía las piernas muy cansadas. La velocidad que llevaba el día anterior yo sólo yendo al ritmito me costaba para seguir la rueda de los compañeros. Y ya el colmo fue los dos sustos que tuve y que casi me llevan al suelos de una forma seria. En ningún caso fue por el drafting ni por los compañeros, pero algunos agujeros y surcos del circuito que no ves te pueden llevar a tener un accidente más que serio. Así, no puede seguir el ritmo de algunos compañeros, ya que por preocupación me ponía detrás del grupo pero en lugares me quedé descolgado. Mi impresión del circuito es que se puede mejorar bastante. Me parece demasiado peligroso para lo que es Valencia. Son circuitos que nos favorecen a los que más acostumbrados estamos a la bici, pero con tanta gente, y todos a saco el peligro se multiplica.

40 largos kilómetros en los cuales la piernas me dolía, y mucho; y que me quedo con la sensación de que hubiera podido mejorar en mucho mi tiempo de no ser por la salida del día interior. Pero esta no era nuestra guerra y era solo una batalla de cara al objetivo de la temporada.

Al final los 40 kilómetros los terminé con un tiempo de 01:06:42 a 35.98km/h y el 88 parcial de todos los participantes. Me quedo con un sabor agridulce por que mis piernas tienen mucho más, pero ya lo darán cuando toque.

Y al final a correr. Tenía ganas de ver como estaba y de hacer buena carrera. Pero 10.000 metros son muchos metros. Comencé sin mirar reloj ni nada, quería un ritmo cómodo, ni lento ni rápido que pudiera aguantar durante todo el segmento. Y cuando miré vi que el ritmo era entre 4:20 a 4:40 min/km. En toda la carrera  a pie no me encontré con las mejores sensaciones, y sobretodo me notaba muy pesado y lento, pero a la vez creo que fue mi mejor 10k en un triatlón olímpico de mi vida. Bastante calor, pero al final llegué a meta sin haber desgastado mucho y con ganas de seguir esta semana a tope en la preparación para el #ultraman.

Al fianl los 10 kilómetros los terminé con un tiempo de 00:47:43 a 4:46 min/km y el 338 parcial de todos los participantes. Para notarme que iba lentoy muy reservón no me puedo pedir más.

El tiempo final fue de 2:22:34 y el 154 de la general de cerca de 1.300 participantes.

Pero ahora también me quedan dudas, si no lo hemos entrenado y ha salido tan bien, ¿que pasaría si lo hubiésemos entrenado a conciencia? ¿que hubiera pasado si hubiera salido en la primera salida con los elite?... pero esto no me quita en nada mi sueño, lo que me queda es que estamos haciendo un muy buen trabajo.

Gracias a toda la "FAMILIA" que estamos conformando en el SANUS VITAE por todos sus ánimos al largo de toda la prueba, fue espectacular y te dan alas. Y como no gracias a Andrea Ferrandis y Rubén Gadea por lo que estamos consiguiendo. Esto funciona. Vamos a por el Ultraman con más ganas que nunca.

jueves, 16 de junio de 2016

VALENCIA BIKE RACE. PRIMERA ETAPA

La montaña es diferente, mira que me gusta la bicicleta de carretera, pero es que la diversión y el sufrimiento que te da la montaña es difícil de alcanzar en la carretera. Sufres subiendo, pero también bajando; pero lo que siempre estas haciendo es divirtiéndote. 

Valencia Bike Race; por fin una prueba por etapas de bicicleta de montaña en nuestra provincia, y no lo podía desaprovechar la oportunidad. Tres días de btt, pero sobretodo pudiendo dormir en casa y sin molestarme en el trabajo.

Pero han sido tres días un pelín complicados. No sabía como estaría el cuerpo después de los 612km de la Barcelona-Perpiñá-Barcelona de hace dos semanas, y encima en toda la semana no descanse ningún día. Pero, aunque este no era uno de los objetivos más importantes de la temporada, el cuerpo respondió a la perfección. Otra cosa es el resfriado que llevaba, y llevo, que aún no me deja respirar con normalidad.

Viernes 10 de Junio (1ª etapa VBR): Contrarreloj: 10 km y 500 desnivel+
Etapa corta pero exigente, con una primera subida de casi 5 km por un camino de montaña con mucha piedra, bajada por una espectacular senda y segunda y ultima subida con casi 2,5 km por pista a una media del 9%.
Y madre mía como salían todos, parecía que la crono terminaba en la primera curva. 
Por mi parte las ideas las tenía claras durante los tres días. Se trataba de ver el ritmo de cara a la etapa de btt en el Ultraman, y así poder ver las posibles cosas a mejorar de cara a octubre. 
Así toco ir fuerte pero no darlo todo. La contrarreloj fue muy divertida, una primera parte rápida y luego la subida, en la que me encontré bastante bién. Después sólo teníamos unos 200 metros de senda muuuuy técnica, que decidí hacerla a pie, y luego a disfrutar continuando por la senda. Lástima no conocerla, por que era preciosa y muy divertida para ir rápido.
Y para finalizar la última subida. La comencé a tope, tenía muchas fuerzas, pero al final aún se hizo larga. Pero me quede muy contento, las piernas fueron a la perfección, pero la lástima es que me notaba que el aire no entraba a mi cuerpo. Lástima no poder respirar bién, pero más que contento con el resultado.
Una primera primera toma de contacto que nos llevaría a la etapa reina que celebraríamos el sábado. Tocaba descansar, recuperar y darle medicamento al cuerpo a ver si toda la congestión y el dolor de garganta pasaban. 

martes, 7 de junio de 2016

UN FIN DE SEMANA EN LA MONTAÑA. VALENCIA BIKE RACE

Pues toca cambiar de compañera. Los últimos meses la Giant Defy me ha acompañado en las brevets clasificatorias y en la Barelona-Perpiña-Barcelona; pero ahora le toca a la Giant AnthemX 29' pasar conmigo el fin de semana.

A partir del viernes comenzamos la Valencia Bike Race, prueba de bicicleta de montaña por etapas que me permitirá ponerme a punto también con ella. 3 días de puro btt que me permitirán afinar en esta disciplina, ya que en el Ultraman Toroman también tenemos que realizar el primer día 107km, después de los 10km de natación. 

Y lo mejor es que todos los días podré descansar en casa. Va a ser un lujo poder participar en una prueba como estas de 3 días pero poder estar con la familia y en mi casita.

Pero tampoco va a ser fácil. Las distancias seguro que no desmerecen la dureza de las etapas, ya que como siempre digo, y creo: "La dureza no esta en la distancia, esta en la intensidad".

Tres días para probar el cuerpo y machacarlo un poco más. Pero sobretodo para ver el estado de forma encima de la bicicleta de montaña. Estamos a poco más de 4 meses de Ultraman y toca ir viendo que mejorar y ultimar la preparación. 

Como siempre respeto. Y como no a la montaña, que muchas veces me ha puesto en mi sitio. Vamos a por la Valencia Bike Race.

Y por si queréis verlo estaremos por la localidad de Barxeta junto con los mejores bikers de nuestra Comunidad y de España. A ver que tal estamos.
  • Viernes: Contrarreloj (9km y 400D+) - 18:30h
  • Sábado: BTT Maratón (66km y 1700D+) - 8:30h
  • Domingo: XC Rally (44km y 1100D+) - 9:00h

viernes, 3 de junio de 2016

¿ELIGES A TU BICI, O TE ELIGE ELLA?



En mi caso, al cambiar de bicicleta decidí elegirla yo a ella. Mis características y las pruebas que realizo, además de las largas horas que paso en ella, me pedían un tipo de bicicleta específico.

La marca estaba clara, pasaba a Giant, pero los modeos que tiene son precioso: TCR, PROPEL o DEFY.

Me lo pensé mucho, pero la elección estaba clara y tenía que ser la DEFY. Además, gracias a Álvaro, distribuidor de Giant en su tienda BIG BIKES Carlet, que me asesoró como profesional y me animo a adquirir la DEFY.

¿Pero por que elegir una DEFY? Creo que es la bicicleta perfecta para la mayoría de ciclistas. La mayoría de usuarios tienen un nivel de salidas de 1 o 2 a la semana, y esta es la bicicleta con las mejores características y prestaciones que pueden tener. Os cuento por que, pero primero vamos a analizar la bicicleta:

El modelo que elegí fue la DEFY ADVANCED PRO 0. En ella se encuentra un cuadro de composite de grado Advanced, específico para frenos de disco, es la joya de esta belleza de altísimo rendimiento. Fabricada a mano, la Defy Advanced Pro te proporciona suavidad de conducción sin comprometer ni el peso, ni la capacidad de respuesta. Tanto en un sprint, como en una escapada, la Defy Advanced Pro se ha diseñado para que hagas más kilómetros con mucha más facilidad. Y todo ello unido con grupo completo Shimano Dura-Ace, hacen de esta una bici muy completa y fiable.

Y ahora vamos a desgranar a esta maravilla de bicicleta:

1. La primera son los tirantes traseros. Con un composite especifico y la conformación de los tubos, haciendo unos tirantes ultra delgados y aplanados . Los tirantes se encuentran ligeramente curvados para combinar un magnífica calidad de conducción, pero sobretodo para una menor fatiga del conductor. Os aseguro que muchas veces parece que lleves algo de suspensión, dando la impresión a veces que la rueda trasera va pinchada, y todo esto debido a la comodidad extrema que tiene en todo tipo de terrenos.

2.   En la caja del pedalier se encuentra el corazón de esta bicicleta . En el área inferior encontramos el soporte para la vaina de 86 milímetros totalmente integrado. Las vainas asimétricas proporcionan una rigidez adicional tanto a la parte delantera como a la trasera. Y todo esto va enfocado a una mayor comodidad en la marcha. Si nos vamos fijando, uno de los puntos más fuertes y la apuesta más grande de Giant en este modelo es la comodidad, pero también combinándola con la ligereza y velocidad.

3. OVERDRIVE 2. Diseñada para ofrecer un rendimiento de dirección sin precedentes. Los rodamientos de la dirección (1 1/2" inferior, 1 1/4" superior) y el tubo de dirección cónico van en armonía  para proporcionar una rigidez a la dirección excelente. El puesto de conducción es impresionante, y si además, a todo lo anterior le añadimos el manillar Giant Contact Sl, encontramos uno de los sistemas de conducción más cómodos del mercado.

4. Guiado interno de cables. Preciosa como ella sola, también es debido gracias al cuadro que nos permite el cableado interno, dando a la Defy una elegancia y un rendimiento extremas.

5. El sistema D-FUSE en la tija del sillín. El nombre se debe a que la forma de la tija del sillín esta fabricada en forma de D, quedando la parte llana en la sección trasera. Con esta forma, en Giant han conseguido amortiguar las vibraciones  y dar mucha más comodidad, resultando así una conducción más suave y dócil. Esto junto a todas las características que hemos mencionado anteriormente del triangulo trasero hacen de esta bicicleta una auténtica devora kilómetros, y todo ello ofreciéndote una comodidad inimaginable. 

6. Horquilla con carbono Advanced-Grade. Utilizando el mejor carbono, para una parte tan importante de la bicicleta, ofrecen una calidad de marcha inigualables , ligera y sobretodo con una precisión de dirección excepcional. Vais a notar mucho toda esta calidad de conducción en las largas jornadas de ciclismo. Y sobretodo en las bajadas o cuando vuestro cuerpo ya este fatigado. Os aseguro que la fatiga os llegará antes a vosotros que a la Defy, haciendo con esto una inmejorable compañera de viaje.

 7. Los FRENOS de DISCO. Y perdonad que lo escriba en mayúsculas, pero es que este es uno de los puntos fuertes de esta bicicleta. El cuadro esta diseñado específicamente para este sistema de frenado, el cual nos de mucha más seguridad en climas variables y en todo tipo de terrenos. Muchos son los que me han dicho que no tiene futuro, que no hace falta... Pues os aseguro que en mitad del Pirineo, con una tormenta de rayos, truenos, agua... bajando un puerto de más de 20km... la frenada es suprema. No se trata de tener más potencia. Lo que más destaco estos frenos es la comodidad y la progresividad que nos ofrecen con un desgaste físico de nuestras manos casi nulo. Parece que no hace falta, pero os aseguro que después de 8 o 10 horas de bicicleta, o después de unos kilómetros bajando un puerto, y después otro... tienes las manos al 100%. Mucha es la seguridad que me aporta este sistema de frenado en mi bicicleta, y no lo cambio por nada. Es el futuro, y él nos aporta más progresividad, comodidad, confianza... pero por encima de todo seguridad.

8. RIDESENSE. Con la Giant vamos a encontrar un sistema inalámbrico integrado en nuestra vaina, el cual envía información de velocidad y cadencia directamente a nuestro dispositivo gracias a la tecnología ANT+.

Por mi experiencia en las brevets preparatorias para la Barcelona-Perpiñá-Barcelona, en las cuales realice 200 y 400 kilómetros; sumados a los 612km de la BPB, recomendaría esta bicicleta a todos los usuarios que busquen en una bicicleta la comodidad, la cual va de la mano con la ligereza y la velocidad. A todo esto también le tengo que sumar los 5 días de la Vuelta a la Comunidad Valenciana Solidaria, en la cual estuve pedaleando los mismos días que los profesionales y realizando los mismos kilómetros. Y que decir del reto en el cual me acompañó 400km hasta llegar a Barcelona para realizar la Maratón. 

Tanto los usuarios que hagan muchos kilómetros, como los que hagan salidas de fin de semana, van a encontrar la bicicleta perfecta. Por que si sólo salimos el fin de semana a disfrutar con nuestros amigos del ciclismo no hace falta una bicicleta de competición o aerodinámica. Mi consejo es que la bicicleta que elijáis sea la más cómoda y segura posible, y en estas dos facetas la Giant Defy me ha demostrado que es la mejor del mercado. Encima a todo esto le unimos que es una bici preciosa.

Compra tu a la bici que necesites, no compres cosas que después no vayan a ir bien con tu manera de conducir o disfrutar del deporte.

La Defy te hará disfrutar y te sorprenderá cada día que salgas con ella. 

martes, 31 de mayo de 2016

BPB 2016. LA DUREZA DEL ULTRA CICLISMO

El pasado fin de semana, durante el 28 y 29 de mayo, se celebró la VI edición de la BPB 2016. La Ciclomarató Catalana Internacional Barcelona-Perpinyà-Barcelona se trata de una brevet600 incluida dentro del calendario de Randonneurs Mondiaux.

Nada más ni menos que 610 kilómetros me esperaban por delante a partir de las 06:00am del sábado. Pero me quedo con que las decisiones que tomé durante toda la prueba fueron las acertadas.

La primera decisión fue forzada. Como al final me desplazaba sin mi familia a Barcelona no me preocupé en reservar hotel, así que a ultima hora me puse a buscar. Y cual fue mi sorpresa que las pocas habitaciones que quedaban en Barcelona costaban más de 700€ la noche, después me entere que Coldplay actuaba el sábado en la Ciudad Condal. Así que no me quedaba otra, tenía que dormir en el coche, con una colchoneta inflable. Lo positivo es que dormí a 5 metros de la línea de salida, lo negativo es que no era una muy buena forma de descansar antes de una prueba de estas características. Pero descansé con mi compañera de viaje.

Pero antes de ir a la "cama" toco pasar por las instalaciones del Velòdrom d'Horta Miquel Poblet para hacer la revisión de la bici, luces y recoger toda la documentación. Posteriormente di una vuelta por los alrededores de estas magníficas instalaciones; y como no, mi hermano mayor, desde casa, recordándome que Jose Manuel Moreno ganó en Barcelona 92 la primera medalla española de ciclismo de la Historia. Lástima por no poder entrar, pero con la piel de gallina de estar en un lugar tan emblemático para el ciclismo de nuestro país.

Después de "dormir", al menos descansé, a las 05:00am comencé a preparar mi Giant Defy y poner todo apunto para la salida. Como se trata de una prueba de autosuficiencia, sólo dispones de los puntos de control donde poder repostar y reponerte, tienes que llevar mucho material encima de la bici, sobre todo de baterías, luces, chalecos reflectantes y alimentación.

A las 06:03h sellé mi carnet de ruta y me dispuse a partir. La primera idea era la de ir con los compañeros de brevets de Massamagrell, pero decidí partir antes con algunos compañeros que iban saliendo. No había una salida única, si no que cuando sellabas el carnet podías salir cuando quisieras. Así, que partí rumbo, a no se donde llegaría, con un grupo de 5 o 6 ciclistas.

Y para comenzar ya hacia arriba. subiendo al Alt de Ventosa. No me notaba muy bien de piernas, pero también sabía que mi cuerpo se va acostumbrando al paso de las horas y se pone en su sitio. Después del pequeño descenso nos cogen un par de compañeros que iban como aviones. Madre mía que ritmo. Brutal. Pero había que aprovechar, muchas veces me quedo rezagado pensando en el después pero no era el momento, había que sufrir un poquito y aprovechar la estela. 

Pero ya casi arriba del Coll de la Font de Cera, en el km30,8 decidí ceder un poquito, este ritmo era demasiado para mi y si que podría pagarlo después. Pero tuve mucha suerte en la bajada, y acabando la misma me pasaron dos ciclistas que estaban acompañando a unos compañeros en la brevet. Me llevaron en volandas, y volando, hasta el primer punto de control en Pineda de Mar. Una zona muy llana pero ya llevábamos 74km. Lo menos positivo es que a partir de aquí ya comenzaría mi brevet en solitario.

El tramo hasta el próximo punto de control en Castell d'Aro ya no iba a ser tan sencillo. 53 kilómetros preciosos, pero duros también. Continuo sube y baja por la costa del comarca de la Selva y el Baix Empordà. Pero valla vistas, valla carretera y valla mar que tenemos en el Levante.

Todo este trayecto lo hice en solitario y con llovizna en algunos momentos del trayecto. El sol parecía que no quería ser nuestro aliado en la Brevet, y el frío y la lluvia nos iban a desgastar más de lo que pensaríamos en este principio.

En Castell d'Aro, km127,8, repongo un poco fuerzas, me alimento bien y decido otra vez salir en solitario. Estas pruebas son difíciles de hacer en solitario, pero muchas veces en compañía también. 102km por delante hasta el próximo punto de control en Olot. Iba a ser un tramo muy largo, pero por suerte, al cabo de unos 20km me pasan dos compañeros y decido ponerme con ellos. Otra decisión acertada. La cabeza te dice que vallas más tranquilo, pero después comprobé que la decisión fue la mejor. Poco después me di cuenta que era un compañero de brevet y un miembro de su Club que le estaba ayudando hasta Olot. Nos llevó a un más que buen ritmo, pero sobretodo pudimos reservar muchísimas fuerzas que seguro que nos harías falta después. El tramo fue más sencillo hasta cerca de Girona, pero después la orografía cambió. Estamos en el pre Pirineo y cada pequeña subida es como la mayoría de puertos que tenemos por aquí la zona de Valencia. Cerca de Olot ya me descolgué, por llano y con poca pendiente iba muy bien con ellos, pero cuando la carretera se empinaba más sabía que tenía que coger mi ritmo.

Poco menos de 9 horas y ya estábamos en Olot con 229km en nuestras piernas. Allí vi a las chicas que iban acompañando a los compañeros de Massamagrell. Que alegría ver a alguien conocido, y además pude saber algo más de ellos y por donde venían.

Comí y salí con un compañero hasta pocos kilómetros después de Olot, allí comenzaban dos puertos seguidos con una suma de más de 30km que nos llevarían a la frontera con Francia. Uf, la zona era más que preciosa, esta zona es otro mundo y un paraíso para el ciclismo, pero por aquí Valencia no estamos acostumbrados a estos puertos tan largos. Le digo a mi compañero que fuera adelante, yo tenía que coger mi ritmo. Y así seguí hasta llegar casi arriba del Coll d'Ares. Y valla tela la que se estaba montando por allí arriba. Sabíamos que nos íbamos a mojar, pero lo de los truenos y relámpagos a más de 1.500m en el centro de los Pirineos no es lo que más me apetecía. En poco estaba arriba del Coll, pero también en medio de las nubes y la lluvia. Me preparé bien para la bajada y con cuidado me tiré hacia abajo.

Aquí es donde destaca la Giant Defy, lloviendo, cuesta abajo, después de muchos kilómetros... pero sobretodo con los frenos de disco; puede que para el pelotón profesional haya cosas que mejorar, pero para este tipo de pruebas es la bicicleta perfecta. Te da la seguridad de una perfecta frenada, este como este la carretera, con una comodidad y una suavidad asombrosa, y encima tus manos te lo agradecen por la dulzura de su tacto. Por suerte no me llovió mucho y la carretera aún no estaba completamente mojada, así que rápido me dirigí al punto de control que estaba en Francia, concrétamente en Amélie-les-Bains, ya con 314km. Y que manera de sufrir, pero sobretodo de disfurtar de la naturaleza, es espectacular, y con la lluvia también tiene su encanto, por algo esta todo tan verde.

Lo que me pareció también en esta zona es que los conductores españoles respetan un poco más a los ciclistas; no se si es por que estan más acostumbrados por las zonas por las que circulo yo, pero había veces que no se pensaban en adelantar ni en nuestra protección.

A partir de aquí venía otro puerto de los duros. 23 km que nos llevarían otra vez a la frontera con España y poco después al punto de Control de Maçanet de Cabrenys km353,1 donde tenía mi bolsa personal que podíamos dejar en un punto de control. Un puerto muy largo, que encima se izo duro porque lo realice completamente solo y con mucha lluvia. Encima estábamos ya a últimas horas de la tarde y el frío comenzó hacer su acto de presencia. Por suerte a los pocos km de bajada ya teníamos el punto de control. Que contento que estoy con el cambio que hice de bicicleta a la Giant, no os podéis ni imaginar lo que te ayuda, sobretodo en seguridad en estas condiciones.

Y llegados a Maçanet de Cabrenys tenía que tomar mi decisión más complicada. Como iba sólo en el viaje, al llegar a Barcelona tenía que volver a casa haciendo 400km de coche. La duda era si hacer toda la brevet seguida y descansar en Barcelona, o si valía más la pena descansar en el recorrido y al volver a Barcelona partir hacia Valencia. Parece una tontería, pero me preocupaba mucho el viaje de vuelta a casa, después de 610km coger el coche y hacer 400km era un peligro muy grande que me tenía muy preocupado.

Pero decidí seguir adelante hasta el control de Sant Esteve d'en Bas en el km441, no antes disfrutando de una magnífica ducha con agua caliente y cambiándome completamente la ropa por una seca y preparándome para la noche. 

Luces, cámara, acción. Parece muy peligrosa la noche para la bicicleta, pero por las carreteras que circulábamos, más que los coches, daba miedo si salía algún animal. Terminé la bajada y a partir de aquí venía una zona más que pestosa hasta Olot. Que terreno más duro, completamente a oscuras, solo en medio del Pirineo, y encima a lo lejos parecían fuegos artificiales, que cuando me acerque se convirtieron en una tempesta de las buenas. Estos momentos son los que peor llevo. Me gusta hacer estas pruebas, estas cosas, pero no me gusta ponerme en peligro, tengo demasiadas cosas esperándome en casa para que me pueda pasar algo. Muy malos estos momentos y muy difíciles de gestionar. Te preguntas el ¿por qué? ¿si esto vale la pena?... Y en esos instantes no encuentras respuestas, ellas vendrán con el tiempo.

Decido llegar rápido a Besalú y parar sea donde sea. Parecía la tormenta perfecta, pero por suerte pude llegar antes de que estuviera encima de mi. Pregunto por un hostal porque decido no continuar así, prefiero descansar y dejar que pasen las horas. Muchas gracias a un chico que le pregunté por alojamiento y me acompañó a todos los posibles, aunque estaban cerrados, normal, eran las 12 de la noche. Me ofreció su casa, llevarme en coche... pero el espíritu de estas pruebas no me lo permite. Decidí quedarme en la terraza de un hotel y si seguía la tormenta ir y descansar en un cajero de un banco.

Por suerte, al cabo de una hora de estar en Besalú, la tormenta parece que ya había pasado por arriba y por delante parecía que ya no había truenos ni relámpagos. Decido continuar, con la carretera completamente encharcada, pero en 33km estaría en Sant Esteve d'en Bas. Pero fue muy duro. Continuamente hacia arriba, la carretera fatal, y ya con casi 20horas seguidas pedaleando.

Después de mucho esfuerzo conseguí llegar, pero la decisión de descansar ya la tenía tomada. Unas cuantas horas me servirían para dejar de lado la oscuridad, la lluvia y el frío; y a la vuelta a Barcelona podría comenzar mi viaje de vuelta a casa. Lo consulté con muchos compañeros y todos me dijeron que era la mejor opción, y así la tome.

Pero también duró poco. 3 horas 30 minutos y ya había descansado bastante, se estaba haciendo de día y había que seguir. Desayuné rápido y partí hacia Sant Julià de Vila Torta. Buf, pero comenzar y afrontar el Coll de Condreu con sus 13km fue durísimo, pero a la vez muy chulo. Espectacular el paisaje. Aunque lo peor fue después del llano al coronar, la bajada. Volvió a cubrirse todo y hacía mucho frío y volvía amenazar lluvia. Tiritando y muy helado pude llegar abajo y afrontar el último tramo, otra vez durísimo hasta el control del km495 en Sant Julià de Vila Torta. Allí recuperé fuerzas y a seguir a por la parte final.

Y valla final. De aquí a Barcelona parecía que el terreno acompañaría. Pero que va, los puertos que veía en la gráfica eran de entre 14-15km y lo que parecían tachuelas se convertían en puertos que en 4 o 5 kilómetros subías 400m de desnivel. Más pronto que tarde llegué al último control intermedio de Calders, km540; y pronto ya en dirección Barcelona.

Esta zona continuaba siendo muy bonita, pero daba mucho miedo y respeto por las motos. Me parece bien que se diviertan, que vallan por carreteras que son preciosas... pero muchos se ponían en peligro a ellos mismos y al resto de los que circulamos. Muchas veces temí por la seguridad. Esta claro que a nosotros, los ciclistas, también nos gusta bajar rápido y a veces tomar algún riesgo; pero es que con una moto si tienes a un accidente vas a matar al que te lleves por delante y seguramente a tu también; y la velocidad no es la misma que con una bicicleta. Por favor, a correr al circuito, disfrutad de las carreteras y del asfalto, pero no lo sufráis.

Y lo que parecía cómodo se convirtió en un infierno. La llegada a Barcelona volvió a ser muy dura. Y ahora el que hacía acto de presencia era el sol y el calor. A 36º llegamos en la última parte, que con la subida a Collserola se hizo infernal. Pero ya quedaba poco. Últimamente los finales no los cuento por distancia, si no por tiempo. Se que queda tanto tiempo y que él va a pasar, este es el único que no se detiene por nada.

Finalmente, después de 34h 12' 28'' y 612km llegué a cumplir otro de mis sueños. Y la sorpresa final aún me pone la piel de gallina, poder dar la vuelta de honor en el Velódromo d'Horta Miquel Poblet. Rodar por un velódromo olímpico, y encima en el que se consiguió la primera medalla olímpica en unos juegos olímpicos en ciclismo por un español no se puede hacer todos los días.

Muchas gracias a todos los voluntarios de los puntos de control. Vuestra amabilidad y vuestro compromiso no se puede valorar con nada material. Gracias a la organización por la magnífica prueba que realizasteis. Gracias a Álvaro de BigBikes por ponerme la bici a punto y al 100% para esta durísima prueba, tanto para mí como para ella. Gracias a Madform por la vaselina (que es una maravilla) y por sus cremas. A Oscar y Polar por estar cuidando de mi corazón. A OneFive por las magníficas equipaciones. A mi entrenador Rubén de Sanus Vitae y especialmente a Andrea Ferrandis, mi nutricionista. Andrea, creo que lo acertaste al 100% y tenemos mucho camino realizado para afrontar las 24h de Cheste. Y gracias a todos mis demás colaboradores.

Y sobretodo gracias a mi familia, que de verdad os digo que se que sufrís mucho por mí, pero os aseguro que yo igual o más por vosotros.

Aquí os dejo los datos de este sueño. Un sueños que viví por el día y por la noche:

Distancia: 612.69 km
Calorías: 10.526 C
Frecuencia cardíaca media: 126 ppm
Frecuencia cardíaca máxima: 177 ppm
Tiempo: 34:09:20
Tiempo en movimiento: 26:48:53
Tiempo transcurrido: 34:12:28
Velocidad media: 17.9 km/h
Velocidad media en movimiento: 22.8 km/h
Velocidad máxima: 64.5 km/h
Ganancia de altura: 7.717 m
Altura perdida: 7.717 m
Altura máxima: 1.515 m
Temperatura media: 17.9 ºC
Temperatura mínima: 7 ºC
Temperatura máxima: 36 ºC