lunes, 8 de junio de 2015

EL GIGANTE PUDO CON MIGO

Al final el Gigante de Piedra pudo conmigo. 172km y más de 16 horas después decidí retirarme de esta durísima, pero a la vez, preciosa prueba.

Tenía muchas ganas de esta prueba y pensaba que estaba bien preparado para superar este reto, pero la montaña me ha vencido. El físico de las piernas lo tenía de sobra, pero me falló el cuerpo. El viernes ya estaba pensando en el respeto que hay que tenerle siempre a la montaña, y el sábado ella me ratificó que si no lo tienes va a poder contigo.

Así y todo, el día empezó bien. Muy duro el principio, así como toda la carrera. A los 16km ya teníamos 1.000m positivos, y a los 35 2.000m. Pero estaba las primeras horas entre los 80 primeros de casi 500 que tomamos la salida. La verdad es que no se que me pasaba ya desde los primeros kilómetros, ya que no tenía muchas ganas e ilusión. Estaba bien pero no tenía la mente en el sitio y no estaba disfrutando, y creo que eso fue un preámbulo de todo lo que me sucedió después.


Pero realmente pensaba que poco a poco iría mejor, ya que el fondo lo tengo muy bien, pero el cuerpo creo que estaba más pendiente de consumir energía para estar arriba de la bicicleta que para darle inercia hacia delante. Además, con solo ver la gráfica de las pulsaciones veo que poco a poco mi cuerpo iba a menos hasta que decidí parar.


Lo mejor de la Gigante de Piedra son los paisajes. Madre mía que territorio tenemos aquí cerca de casa, con muchos contrastes de zonas de baja y media montaña, y todo esto con unos parajes as impresionantes. Me encantó por estar literalmente en la montaña. No fue una marcha fácil, si no que fue de puro y duro mountain bike, y ahí es donde lo sufrí.


También muchas subidas a pie. La mayor parte del terreno estaba bastante quebradizo y había subidas que eran imposibles subidos a una bicicleta. Hubo muchos sitios en los cuales ni los primeros pudieron con ellos.


Pero mi sensación era que me estaba consumiendo poco a poco. La verdad es que era una sensación muy rara. Estaba llevando una muy buena alimentación, la hidratación la estaba bordando y las piernas estaban perfectas, ni una rampa ni amago durante más de 16 horas; pero no iba para delante. 

Al final de todo lo más prudente era la retirada. Estaba a 30km de meta y ya había pasado todo lo peor. No era fácil el final, pero ya casi estaba todo. Pero estaba ya muy cansado, encima se estaba haciendo de noche y no tenía las gafas de vista. Me pareció una locura en ese estado seguir con las luces, de noche, con gafas de sol y con el agotamiento. Un poco de pensar con mis hijos y mi mujer me hizo reflexionar que no me hacía falta terminar la carrera, que ya había llegado bastante lejos. Los retos de este año son los que vienen estos dos meses, y este creo que lo he infravalorado y me ha ganado.

No se, me quedo con que otra vez el Penyagolosa a podido conmigo. Hace dos años no pude con el CSP 115  con la retirada por estar enfermo, y ahora me vence otra vez. 

Pero me quedo con muchas cosas positivas del sábado. La primera es que sin estar motivado desde el las pocas horas de comenzar llegué hasta el km172; la segunda es que sobre estar yendo cada vez a menos decidí seguir adelante más y más; y la tercera es que creo realmente que estoy en el buen camino en cuanto a los entrenamientos, de verdad que alucine con mi cuerpo, estaba muy bien, aunque no quería ir hacia delante.

Creo que me han faltado muchísimas horas de btt para poder haber terminado la Gigante de Piedra, pero también me di cuenta que si la preparo me podría salir muy bien.

El Gigante pudo con migo, pero el que se donde tengo el talón de Aquiles soy yo. Prepárate Gigante de Piedra que el próximo año estaré en la línea de salida y también en la de meta, no te tendré que vencer a ti, si no a mi.

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