
La verdad es que llegaba con muchas ganas, ya que sabía que las piernas se encontraban muy bien para intentar bajar de la barrera de las 7 horas, marca que la verdad la comparo en bajar de las 3 horas en una maratón. Así, después de una semana de reuniones finales, entrega de notas... y muchas horas en el instituto; el viernes nos desplazamos hasta Sabiñanigo Óscar y yo; recogida de dorsal y a Biescas a descansar para la mañana siguiente estar a tope.
Como en la edición anterior que participé realicé 7h 5', pude disfrutar del cajón verde. Y esto más que una ventaja en el tiempo final, es en comodidad y en evitar peligros, ya que bajar de las 7h 30' también esta reservado para ciclistas de buen nivel.
Y en nada ya estábamos saliendo hacia Jaca, para mí la parte más peligrosa. Lo único que deseaba es poder llegar allí a pie del Somport. Es una zona muy fàcil y muy amplia, pero es donde los accidentes y montoneras pueden ser más peligrosas. En el resto de bajadas es uno el que se puede hacer daño, pero aquí no todo depende de tí.
Valla ritmo al principio de carrera, hasta pasar Jaca la media era de más de 40km/h, y en las primeras rampas de subida del Somport ví los vehículos de cabeza de carrera, aunque entre yo y ellos habría 1.000 participantes seguro. Y allí ya decidí coger mi ritmo. Toda la prueba la quería realizar a un ritmo alto, pero no más alto de lo que debía, ya que en esta prueba los excesos pronto o tarde los vas a pagar. Así, poco a poco pasamos Canfranc y nos acercamos a la estación de Candanchu y la frontera con Francia. Es espectacular la estampa y ver las montañas pirenaicas en todo su esplendor. Y encima siempre que paso por allí recuerdo a mi hijo que cuando tenía dos añitos se fué directamente a tocar la nieve pensando que era una cosa que estaba caliente, jajajaja. Pobrecito, después no se quería bajar de mis brazos.

Muy rápido llegamos a los pies del Marie Blanque. Y todo perfecto, tanto el cuerpo, como la alimentación y la hidratación. Pero estaba ya haciendo mucho calor. Yo creo que en la subida sudo hasta mi bicicleta. Una primera parte llevadera, pero el final es durísimo. 4km entre el 11% y el 13% de media y sin descansos se hacen terribles. Pero estaba disfrutando y me encontraba muy bien. Parada obligatoria en el avituallamiento en la bajada del Marie Blanque y a seguir. De aquí a meta tube que parar en todos los avituallamientos líquidos que puso la organización, fue una locura el calor que estaba haciendo y en estos días la falta de hidratación te puede llevar a parecer que estés en el infierno.

Otra vez arriba, y otra vez a bajo. Madre mía que bajada del Portalet. Ahí creo que hice la punta de velocidad, y sobretodo en uno de los túneles me asuste de la velocidad que llevaba. Una locura. Pero también de esto se disfruta.

En la bajada nos encontramos sólos dos participantes en la presa y la decisión era esperar a ver quien viniera por detrás, pero al salir del túnel vimos que delante teníamos gente y que llegando hasta ellos podríamos hacer un buen grupo para llegar a meta. Así pues nos esforzamos y ordenamos todos para dar relevos, sabíamos que llegábamos por debajo de las 7 horas, pero no había tampoco mucho margen. Así pues, otro grupo nos cogió por detrás y ya hasta Sabiñanigo fue un paseo; sólo hubo que ir con cuidado en la bajada al pueblo, bastante peligrosa, y en la que decidí que mi Quebrantahuesos ya se había acabado. Me daba igual 1 o 2 minutos más, pero ya quería estar tranquilo y no hacer ninguna tontería que me pusiera en riesgo; la Quebrantahuesos era una parte más de los entrenamientos para los retos de este año.

Y de lo mejor del fín de semana la compañía. Gracias Óscar por la invitación y el fin de semana que pasamo juntos; y a todos los compañeros del Club Ciclista Guadassuar por esos momentos que pasamos juntos. Volveremos a la QH.