lunes, 9 de junio de 2014

IRONMAN LANZAROTE. YA LLEVAMOS CINCO

La verdad es que no se como empezar a contar mi quinta participación en una triatlón de distancia IRONMAN.

Esto era un sueños para mi de pequeño, una cosa imposible, al alcance de muy poca gente, y para mi super héroes. Pero ahora ya estoy contando mi quinto, con sabor agridulce, pero con la ilusión de participar en una prueba a la que ya le he tomado la medida.

Todo empezó por la parte agria. Todo un año soñando y pensando con el viaje y las merecidísimas vacaciones para mi mujer y mis hijos en Lanzarote. El IRONMAN este año era la excusa para estar una semana en la isla, no me había preparado y después de la lesión del pie, que aún tengo alguna molestia, no había corrido casi. Encima todo esto venía como colofón a la Mediterranean Extrem y al CV EXTREM.

Pero después de meditar si viajaba o no, al final me animo. No me gusta viajar a estas pruebas sólo, de hecho ha sido el primer IRONMAN al que voy solo, y la verdad, no me ha gustado. Es mucho esfuerzo y sin los tuyos animándote no te esfuerzas tanto, y la línea de meta no se parece en nada a cruzarla con los tuyos. En Vitoria tampoco cruzaron conmigo, pero al menos les pude dar un beso dentro del último kilómetro y disfrutar de sus ánimos durante toda la maratón.

La parte dulce el IRONMAN. Que ambiente, que pasión, Lanzarote vive el triatlón y nos lo hace vibrar a nosotros. El viernes cuando fui al Club la Santa a por el dorsal recordé por que Lanzarote te atrapa. Ver los volcanes, las coladas de lava, estar en plena zona volcánica, el parque nacional del Timanfaya. Puf, me encanta e intentaré volver todos los años que me sea posible.

Aunque todo fue muy rápido. El viernes por la mañana a recoger el dorsal y la bicicleta, que la había enviado una semana antes. Prepararlo todo y a las cuatro de la tarde ya en la zona de boxs para dejar todo el material, y como no poder disfrutar el triatlón en estado puro, con los preparativos, los nervios, los ánimos, las ilusiones. Son muchas las sensaciones que se viven en estos dos días.
Allí pude hacerme una foto con una de las mejores triatletas de España de larga distancia. Lo pequeña que es y lo grande a la vez. Muchas gracias Saleta Castro por la foto y poder compartir unas palabras contigo.

Con todo apunto me fui a ver la prueba del IRONKIDS, para los más pequeños. Mi imaginación iba a mil pensando en mis hijos Moises y Laia participando. En unos años estarán allí mis IRONKIDS. De aquí al aparthotel a descansar para la prueba.

El sábado empieza a las 4:30h de la mañana. Desayunar, últimos preparativos y a la zona de salida. Aún quedan muchos preparativos la mañana antes de empezar, hay que preparar la bici, preparar el material de natación, la streetwear... Y cuando estoy preparando la bici me oigo por detrás a Juan Carlos del resort Sands Beach. Que ilusión que viniera a verme. Con todo el trabajo que tienen estos días y que viniera fue todo un detalle. Espero pronto estar en sus instalaciones, que por cierto son 100% recomendables.

Pero esto empieza. El mayor miedo de esta edición para mi era la natación. 3,8 kilómetros con 2200 participantes en una única salida todos a la vez me tenía muy nervioso. Encima este año apenas he nadado. Lo que más ganas tenía era de pasar la primera boya e intentar ir más tranquilo. Mooooocc y todos al agua. Golpe por aquí, patada por allá, empujones, puf. De las nataciones menos limpias que he hecho, siempre con gente alrededor. Pero me encuentro muy cómodo y salgo la primera vuelta en 33 minutos. Madre mía que tiempo más bueno, no me lo imaginaba, pero sigo la segunda vuelta pensando que sería más tranquila y rápida. Pero todo lo contrario, seguimos con golpes y patadas e incluso fue más lenta. Al final termino la natación con un muy buen tiempo de 01:08:35.

Y ahora a por los 180 kilómetros de bici. Como me da igual el tiempo final me planteé las transiciones con mucha tranquilidad. Y creo que en la segunda me pase con más de 15 minutos, jajaja. El segmento de bici en Lanzarote es impresionante. Pronto me pongo a recordar todas las zonas del recorrido por donde circulamos. Pero pronto también vienen los elementos que hacen de Lanzarote el IRONMAN más duro del mundo, el viento, la calor y la orografía.

Todo funcionaba bien, con unas sensaciones inmejorables, con una sonrisa de oreja a oreja. Pasamos por Timanfaya con mucho viento en contra. Pero la parte difícil empieza a partir del km 100 aproximadamente en La Santa. Aquí empieza la subida al mirador de Haria y la del mirador de Rio. Llegado a la cima del mirador de Haria teníamos una zona donde nos repartían nuestro propio avituallamiento. Ya estaba yo soñando con los sándwich  que me había preparado el día anterior junto con la bebida energética. Pero madre mía. El botellín se había abierto y todo el sándwich estaba empapado. Que desastre, intento darle un mordisco pero era incomible. Y yo con hambre. En este punto ya se que la he cagado y que esto lo voy a pagar. En los IRONMAN nunca hay comida sólida, solo plátanos, y esto lo pagaré al final. De hecho a partir del kilómetro 120 me empezó a entrar ganas de vomitar, que ya no las deje hasta el final de la bicicleta. Si hubiera parado hubiera echado todo lo que tenía dentro.
Y para seguir con mi rutina, antes de la subida al mirador de Rio me toca hacer un cacastop, jajajaja. Gracias a unos vecinos que estaban en una casa de campo entro y hago mis cosas más que a gusto, jajaja.

El final del segmento ciclista se me hizo eterno. Con muchas agonías y medio petado. Estoy sufriendo a tope y me toca ir pensando en la maratón, y encima este año apenas he corrido. Madre mía lo que me viene encima. El tiempo final de bici 06:40:38.

Después de una larga y muy tranquila transición me motivo a ver como estarán las piernas. Empiezo y por sorpresa me encuentro muy bien, corriendo comodísimo a 5:30 - 5:40 el kilómetro. Pero madre mía la zona del aeropuerto, muchísimo aire en contra que hacen esto muy duro. En la maratón me deje ir muchísimo. Estaba con sensaciones de haber podido ir mucho mejor, pero no tuve muchas ganas de esforzarme y sufrir más. Fue durísima por el viento, no había nadie esperándome en meta, no había nadie que estuviera animándome para que siguiera y me esforzara, y encima tuve las molestias en el pie durante toda la maratón. Estas molestias no me impidieron nada, pero hicieron que no me esforzara más. No había entrenado para esta maratón y por tanto decidí sufrir lo mínimo posible. Al final  termino la maratón con 05:11:57 y termino el IRONMAN con 13:22:53

Las conclusiones son muy buenas. No lo había entrenado y por tanto no me puedo pedir más. El objetivo era disfrutar y terminar, y eso lo hice. Me quedo con la sensación de tenerle tomada medida la distancia a esta prueba, sobretodo mentalmente. Sufrí mucho, disfrute mucho, me esforcé lo que debía.

Ahora toca pensar en la Quebrantahuesos en el POLAR TEAM, y en la travesía a nado de Cullera de 10k. Esta última seguramente la anularán por poca participación, pero ya tenemos la alternativa, aunque será de más de 12km nadando.

Y después de verano ya veremos. Tengo otro reto en mente, está la posibilidad de hacer el ICAN en Gandía (también distancia IRONMAN), y a ver si sale adelante para el año que viene el ULTRAMAN en Mallorca y lo intentamos.

No se porque lo hago pero me gusta. En estas distancias conoces a tu cuerpo y a tu mente, el límite aún está lejos, no se si habrá, sólo se que para encontrarlo hay que entrenar, pero sobretodo disfrutar.


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